Quizás lo que me pasa es que soy una adicto a la intensidad. Por eso nada suele ser suficiente.
Aunque parezca un hombre frío, insondable y cruel, el otro día me sentí perdido en la cuestión del amor. Repasaba las emociones de cuando me he sentido enamorado.
Con quince años fueron los primeros amores. Varios, pero uno en especial, uno que no sabía que era amor hasta que me di cuenta de que lo que sentía era lo mismo que describían las grandes historias de amor, las películas, los libros, el cine... Eso, eso era lo que yo sentía... El amor ocupó un lugar alto, el más alto. Mi paradigma del amor adquirió unas características, unos parámetros especiales, específicos, elevados, ideales.
Después de aquello nada era amor. Nada estaba a la altura.
Cinco años después me re-encontré con el sentimiento que me había obsesionado. No era "quién" me ocupaba la mente, sino "cuánto" puedo llegar a sentir por alguien... La segunda vez fue mejor. Con más madurez (un poco más), con más cosas buenas, con más libertades, más tranquilamente, con más compartir, sin tantos miedos, dudas, tabúes... 2 años, aproximadamente... de amor ideal, bello y perfecto, con dudas mías a veces, porque a todo le busco el fallo, porque busco constantemente perfecciones imposibles ... pero había huecos que no entendí.
Y me superó esa atracción química que no tiene más, a la que no se le puede buscar explicaciones, que es, y punto, y puedes disfrutarla o no, vivirla o no... No se puede hacer lo que hice yo, que pensaba "esto tiene que ser un flechazo, esto no es normal, cuando me mira me deshago, pero ni siquiera la conozco". La atracción me confundió y entré en una época oscura, de causar dolor a mi alrededor. De no saber qué quería, de querer o creer querer cada día algo diferente, de no saber quién era...
Volví a enamorarme... hace unos dos años... la historia me dejó como un paisaje devastado por años de tormentas y sequías... Sé que lo que sentía por ella era una ilusión proyectada sobre su cuerpo de todo lo que sueño, de todas las ilusiones que fabriqué mientras me enamoraba, mientras dormía junto a ella esperando que se enamorara de mí. Al final mi cuerpo solito me anunció que no aguantaba más las idas y venidas de ella, las dudas, los juegos. Mi cuerpo, listo como él solo, viendo que yo era incapaz por mí mismo, decidió rebelarse y cuando se acercaba se me erizaba la piel como a un gato endafado, sentía náuseas y ganas de llorar a la vez. Entonces nos separamos... Pero ella volvió y entró en ese camino de la obsesión que yo había llegado a pensar, (en mis momento más tristes), que podía ser halagador.
Y ahora se acaba una relación con alguien que me gusta, que es guapa, divertida, genial en la cama, quiere darme caprichos, cuidarme y sentirse cuidada... Y quiere más. No sé ya si el amor puede llegar en cualquier momento, si es un flechazo, si se puede llegar a él con alguien que, de primera ,no te enamora... Me estaba dejando llevar y casi era un experimento, una oportunidad que me estaba dando porque sí, porque no tengo motivos para no hacerlo. Y ella ya no quiere seguir.
Hoy conducía hacia Cádiz sintiéndome vacío, plano por dentro, muerto para toda emoción.
Buscar aparcamiento me enfurece, sobre todo si voy a lo justo para coger sitio en un concierto con sillas al aire libre. Eso me enajenó aún más.
Pero a medida que avanzaba hacia el lugar del evento, el espectáculo que veis en la foto me fue conmoviendo, tanto, que me emocioné mientras recorría el camino rodeado de mar.
Me ablandé ya del todo con la humedad y la sal del camino, con la entrada en el castillo, con el paisaje desde allí.
Encontré un buen sitio, cerca del escenario. Cuando se hizo de noche del todo y apagaron las luces me vi cubierto de estrellas ...
Empezó.
No puedo describirlo con palabras, no encuentro las adecuadas. Ha sido magnífico. La emoción del comienzo me desbordó.
Me ha recordado algo acerca de mi: yo soy de esa intensidad. La intensidad del concierto de hoy, la del camino por el mar, la del faro que giraba sobre el público mientras cantaban Dulce y Estrella juntas, la del esa manera de enamorarme tan exagerada que me hace sentir como una adolescente.
A continuación un aperitivo del concierto. El 13 de sepiembre lo tenemos de nuevo, en Sevilla, bastante cerquita, y las entradas se pueden comprar por internet... Los que podáis no lo dudéis....
9 comentarios:
Precioso desahogo, y aunque se que no es un consuelo cuando uno esta entre las redes del desamor, hay que plantearselo como un estado transitorio, que se cura, se pasa, se supera, no hay que dejar que nos empañe el alma y nos impida mirar alrededor. Besos
Que suerte... esos momentos son eternos en el recuerdo, yo tengo asociado a Cádiz algo muy parecido y una catarsis que me hizo superar ciertas cosas... No es posible tanta belleza como un atardecer...
Que suertuda...
Animo.... Yo estoy aquí para usted, caballero!
Muy bonito...
No pareces hombre. Escribes con la sensibiliad y dulzura de una mujer...
y esto!...jajaajja
Gracias por compartirlo, intentaremos vero. Mucho ánimo, todo pasa, de verdad que sí, esto es sólo un preludio a algo mucho mejor.
Y con respecto al anónimo, sólo puedo decir...¡qué soplapoyez!!!!!
y que lo digas querida
por favor...
qué hostilidad!
ese comentario no era para que vosotros me insultáseis.
era un halago para la escritora.
puede que yo no sea quienes ustedes piensan...
un beso
Ya estamos. Ay el anónimo ese...
Bueno, no hay que torturarse con los amoríos por más películas que se hayan visto. Como decía Sergei Pachonoi: "caga duro y pee fuerte y ríete de la muerte".
Respecto del concierto: espectacular, aunque no es de recibo trabajar con esos pies de micro tan burdos y feos, es que con la entrada no se pueden pagar unos inalambriquitos?
Ay... Anónimo... Yo no pienso en nadie... Es solo que resulta un halago estúpido decir es tan bonito que solo puede escribirlo una fémina (sabiendo usted como sabe que lo es, de ante mano)... Pero no se pique y haga como que nadie se ha dado cuenta...
Lo de los pies de micro....yo pensé lo mismo, pero igual las muchas se sienten más cómodas así...
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