martes, 30 de agosto de 2011

28 de agosto



Ya ha llegado.


Se ha hecho esperar, como las cosas buenas. Pero ya esta aquí.


Me han dicho que es pequeña y perfecta. Una perla, redondita y brillante, una caracolilla...


Alegria de la vida cumplida, ceremonia de la renovación, caricia de la plenitud.


Estrenarán sus padres cada nueva mañana, mirando el despertar en esos ojos tibios, y ya no habrá ayer por que ella les proyecta hacia delante como un torrente de amor que se desborda. La llamaran empleando las palabras más nuevas, una invocación del corazon a las semillas, a la vida que se concentra en lo pequeño.


Sus padres son valientes y ella es un juramento, una promesa que les convierte en familia, que les vincula a lo divino.


Elisheva. Isabel.


Bienvenida.




miércoles, 17 de agosto de 2011

Cabeza de león


Los animales los lamen, ¿verdad? A mí no me da asco de mi hijo.

He escogido esta frase para arrancar por que me ha acompañado un tiempo. Se la escuché a Marisa Paredes en una película de Almodovar y me marco enormemente. Yo había leído Yerma en mi etapa lorquiana de juventud y hasta que se la escuché a Concha Medina el lunes no caí en el homenaje que se hacía en "todo sobre mi madre" a la madre seca... Tanto Lorca como Almodovar hablan en sus obras de la mujer que es actriz para ocultar su sufrimiento y sus ansias, es el tema central de "La pena negra", de "Entre Tinieblas", de "Bernarda Alba", de "Volver"... de "Todo sobre mi Madre" y "Yerma"... hombres que hablan de mujeres, y parecen conocer el universo femenino mejor que sus propias actrices.
Al grano: yo vengo a hacer una crónica del Yerma del "Corral del Carbón" que vi el lunes bajo la luna casi llena, entre parras y el marco romántico del corral de comedias... Ideal. Para ser honesto a mi Yerma siempre me ha dado perezas (así en plural): pereza de releer, pereza de montar, pereza de ver... Reconozco gran belleza en la mujer marchita, pero me resulta demasiado duro y abrupto, un exceso de realismo emocional (que no narrativo). Pero la verdad es que se me hizo corta y me resulto muy brillante. El ejercicio escénico de Miguel Serrano dota a Yerma de un ambiente clásico y de un ritmo admirable. La parte musical, a cargo de Pablo Sánchez de Medina, está completa y refuerza el ambiente rural, dotando a los coros de melodías que parecen de toda la vida (algo indeterminado entre "los cuatro muleros" y "la tarara".
En cuanto al trabajo actoral pues más que bueno. Yerma hace un trabajo muy completo en el que comienza siendo una joven que rebosa amor e ilusión y cierra la obra siendo realmente madura y seca. El otro personaje protagonista es el que realmente dota de ritmo a la puesta en escena, con permiso de la brillante Yerma... me refiero al grupo de mujeres: el coro. La escena más brillante, sin duda alguna, la de las mujeres lavando en el río: rápida, tensa, divertida, dura, musical, rítmica, instrumental... brutal... muy emocionante.
Pase una preciosa noche de verano... Muerto de envidia y lleno de orgullo por la actriz que hacía el papel de "mujer 1"... Todo amante del teatro sueña con ser algún día actor y trabajar en una compañía profesional de verdad (aquí mi envidia). Verla allí en aquel espectáculo, en aquella compañía tan experimentada y reconocida, en un espectáculo tan bonito y haciéndolo tan bien no puede llenarme de más orgullo y admiración... envidia, orgullo, admiración y nostalgia... que ganas de hacer teatro!!!... quién sabe?

martes, 2 de agosto de 2011

COSAS QUE HACEN BUM


En la vida siempre hay un momento, antes o después, en que te das cuenta que tus sueños juveniles no se harán realidad. Esa revelación, que no tiene nada de místico, te sobreviene en plena juventud o incluso, con peores secuelas, en la edad adulta.


La juventud hace BUM.


No te tirarás a la chica de tus sueños, no escribirás la canción del siglo, el tipo que quieres no se redimirá en tus brazos, no alcanzaras las cotas del pensamiento existencial de Sartre, no iras a Jamaica antes de ser un triste y gordo funcionario…


Los sueños hacen BUM


¿Qué podemos hacer? Como Pánic, el protagonista de esta sensacional y delirante novela, podemos salir a la pista, poner nuestra mejor sonrisa y bailar nuestro gran vals, deslizarnos como Fred Astaire con la sonrisa puesta y los zapatos brillantes o bailar el baile de san vitos tirando todos los vasos y manchando los manteles de vino tinto.


Intentar con mayor o menor lucidez, con ayuda o no de psicotrópicos vivir la vida que se trama bajo nuestros pies sin darnos mucha oportunidad de rebeldía. Alguna que otra pirueta de pequeños burgueses es lo que nos podemos permitir.


La vida hace BUM


Pero siempre nos quedará reírnos…y esto se consigue con la novela que recomiendo, esta genialidad punk que nos refresca la memoria. A veces negra, a veces rosa, pero perfecta en su simplicidad, en su análisis lucido pero revestido de locura, un chute literario, musical, anfetamínico para todos los que todavía bailan el descompasado vals de los sueños perdidos.


Gracias Galinsoga.