jueves, 25 de octubre de 2012

Club de amigos del otoño


Seguro que existe un club de amigos de la dulce melancolía. No puedo evitar sentirme bien en esta época tan literaria y trágica (el término de tantos ciclos).
Yo viviría en un otoño perpetuo y comería queso eternamente.
Escucharía Mina todos los días.
Vería series bajo la manta cinco tardes a la semana con mis perros a mi alrededor.
Cada semana dedicaría un día a reunirme con mis amigos del alma (vosotros) para reír mucho y bien. Iría al cine cada miércoles y de vez en cuando al teatro o algún concierto.
Retomaría el piano y pasaría largas horas repitiendo obras de Bach obsesivamente.
Trabajaría solo por las mañanas de lunes a jueves y así no caería tan agotado todas las noches. Volvería a leer novelas antes de dormir y, ahora que tengo un lugar donde hacerlo, leería en los rincones más románticos y encantadores. Volvería a sentir la sensación de terminar una novela con urgente alegría por conocer el final pero con tristeza por romper con una historia que me ha emocionado.
Cada dos meses haría un viaje de tres días pero querría estar anestesiado durante el transito si hay aeropuertos de por medio...
Iría de vez en cuando a algún rastro a comprar fotos antiguas o revistas de los sesenta...
Trasladaría a mis padres a un lugar cercano en el que poder parar diez minutos cada día para decirles que les quiero... y los domingos comería mis manjares de toda la vida preparados por mi madre. Que suerte vivir en la misma ciudad que tus padres.

Escucharía "tiempo de lluvia" o "Balada en otoño" mirando por la ventana en los días de lluvia...

Cada noche, bajo las sábanas, abrazo a Kiko, beso su hombro y le digo que le quiero. Esto ya lo tengo.

Todo esto sería felicidad de plena...