martes, 29 de octubre de 2013

Cuando ya no esperas nada

Supongo que cuando ya no esperas nada de algo es cuando te acercas de manera más pura a su realidad.
Después de ¿cinco años? desde que se estrenó Agora, hoy la he visto por que he decidido que es un documento perfecto para los alumnos de Historia del arte. Con ella pueden entender qué es la Biblioteca de Alejandría, el problema de la filosofía y la religión y la transición del mundo antiguo al medievo...
En su momento me gustó parcialmente. Quizás esperaba demasiado... quizás esperaba otra cosa... o tal vez iba contaminado por la acusación de "excesivo" que llevo todo el rodaje desde sus inicios.

Ahora me quedo boquiabierto... Una película perfecta, deliciosa, redonda... Tremendamente hermosa. No falta detalle estético ni narrativo.

El retrato de Hipatia y del resto de personajes me parece comparable a Espartaco, cada pequeña historia es digna de reseña. El amor, la amistad, la pureza, la integridad, la lealtad, la firmeza, la honestidad, la ambición... todo está retratado con una sutileza que no soy capaz de describir...

Sirva esta reseña para que no hicimos en su día. Alejandro Amenabar es GRANDE GRANDE GRANDE (como diría Mina) y la actriz debería haber obtenido muchos más reconocimientos por algo tan redondo y grande. El personaje me ha resultado muy cercano a nuestra querida amiga
microinyectadora... Veo tanto de ella en Hipatia...
Os recomiendo a todos que volváis a verla tranquilamente... vais a disfrutar de una película de verdad... Y que luego hablemos de ella...