viernes, 20 de marzo de 2009

Ahorcaría ahora mismo a todos los periodistas menos a una



"Según el ultimo informe de FACUA desde el inicio de la crisis el numero de defecaciones diarias de los españoles se ha incrementado hasta en un 70%"
"La crisis también afecta a los orgasmos: la mayoría de los españoles declara no estar en lo que están. "La culpa es de la crisis" declara Jonathan Potrillo Gascuña, interpelado tras una bajada de tensión".
Creo que son dos de los últimos titulares cretinos que nos faltan por leer en los diarios o ver en La Voz de su Amo. Hago responsables en un 50% de la jodida crisis a éste sector profesional, que ha conseguido acojonar hasta a los funcionarios, tiene pelotas la cosa. Es obvio que si todo el día estás hablando de la crisis, esta va a durar más. Como decía mi abuelo Periclites Chu en Lai: cada vez que dices "que calor" sube la temperatura un grado.
Nos acojonaron con el cambio climático. Al parecer debe de haberse encogido el hielo y vuelto a su templo los icebergs desprendidos y a la deriva: será la crisis que lo paraliza todo.
Nos acojonaron con la gripe aviar (y de paso hicieron que ganaran más pasta las farmacéuticas con la vacuna que no servía para nada).
"Fear is the key" y los periodistas en vez de procurar una sociedad de la información, libre, culta y sensible, nos raspan todos los días con la puta crisis, con los calentones de entrepierna de la clase media trabajadora que quiere medrar a base de trajinar públicamente sus fluidos corporales y con el Gobierno que es una alianza de civilizaciones más gorda que la del Señor de los Anillos. Mierda, mierda y otra vez mierda.
Con la clase trabajadora adocenada con los espectáculos realidad, estabulada con su Marca y sus porretes y embrutecida con consignas baratas estilo defcondos, se consigue que las cuentas de los de siempre engorden porcinamente, que los bancos ganen más que nunca en mitad de la crisis, y que nuestros políticos nos distraigan con un acullá esos trajes a medida. Esto es, un pequeño teatrillo de heces, de ruido y de furia, narcotizador por definición, para que todo siga como siempre.


Mierda país cojona!