Es un hermoso titulo para una novela y hubiera sido un gran titulo para una película, sin embargo a la película de Isabel Coixet basada en el libro de Philip Roth la han llamado “Elegy” nadie sabe por que, sobre todo cuando “Elegy” es el titulo de otra maravillosa novela del mismo autor.
“El tiempo pasa mientras miramos hacia otro lado” La vida pasa mientras nos mentimos a nosotros mismos, mientras cerramos los ojos. El protagonista de la película es un animal en un refugio, un animal que muere de miedo a la vejez de miedo a la muerte.
Coixet llena de conclusiones la novela de Philip Roth que se articula como un discurso, un soliloquio del protagonista que nos habla de la vejez, el sexo, el represivo conservadurismo americano, la cultura como atributo sexual y la muerte. Coixet completa el discurso con las miradas del resto de los personajes, y llena de sentimiento a un Kepesh que en el libro llega a confundir con su cinismo y su ironía.
El sexo como liberación, el sexo como escape, el sexo como excusa y el amor, sorpresa inesperada que no sobrevive al miedo ni a la indecisión. Un hombre que no madura, un hombre aterrado frente al cuerpo de una mujer que lo atrapa y destruye todos sus discursos, todas sus convenciones de deforme adolescente. Ese mismo cuerpo de mujer le enfrentará a lo que tanto teme, a la muerte, la muerte que al final termina siendo un abrazo de despedida a todo lo que alguna vez quisimos.
“El tiempo pasa mientras miramos hacia otro lado” La vida pasa mientras nos mentimos a nosotros mismos, mientras cerramos los ojos. El protagonista de la película es un animal en un refugio, un animal que muere de miedo a la vejez de miedo a la muerte.
Coixet llena de conclusiones la novela de Philip Roth que se articula como un discurso, un soliloquio del protagonista que nos habla de la vejez, el sexo, el represivo conservadurismo americano, la cultura como atributo sexual y la muerte. Coixet completa el discurso con las miradas del resto de los personajes, y llena de sentimiento a un Kepesh que en el libro llega a confundir con su cinismo y su ironía.
El sexo como liberación, el sexo como escape, el sexo como excusa y el amor, sorpresa inesperada que no sobrevive al miedo ni a la indecisión. Un hombre que no madura, un hombre aterrado frente al cuerpo de una mujer que lo atrapa y destruye todos sus discursos, todas sus convenciones de deforme adolescente. Ese mismo cuerpo de mujer le enfrentará a lo que tanto teme, a la muerte, la muerte que al final termina siendo un abrazo de despedida a todo lo que alguna vez quisimos.