Os aseguro que no fue la portada lo que me llamó la atención, de hecho creo que es de las portadas más cursis he visto en todos los días de mi vida, fue una entrevista de la autora que escuché en la radio la que me llevo a encargar un ejemplar a mi simpático comercial del circulo de lectores, menudo acierto.
Es una novela que se anuncia como el drama de una escritora que se marcha a Florencia para tratar de superar la muerte de su marido y su hija, pero cual es la sorpresa del lector cuando comienza a descubrir que la historia es una especie de culebrón Venezolano tan excesiva y llena de momentos truculentos que uno ya no sabe si esta leyendo Dr. Jeckyl y Mr Hyde o el Pajaro Espino.
En la historia hay:
Escritora doliente por la muerte de su marido e hija de corta edad que es incapaz de retomar su oficio, desaparición misteriosa de los cadaveres, señora misteriosa que, cual D ª Beija, ofrece su desnudez con sólo una mascara y una capa de seda a hombres con problemas emocionales, desdoblamientos de personalidad, librero misterioso con pasado de sacerdote poco casto, enamoramientos a primera vista, misterioso intercanbio epistolar, busqueda de un diario de Giuliano de Medicis, sexo mistico y trascendente, abusos a menores...
La trama es tan excesiva, recargada y hasta rococó que a veces resulta cómica, en definitiva la autora nos engaña, y tras una pátina de misterio y buen estilo termina vendiéndonos una novela romanticona para mujeres ávidas de amores tormentosos y sexo apasionado. Una más de las de canto rosado solo que a esta la premiaron con un premio importante.
En definitiva una auténtica estafa.
Tras su lectura me marcho con el Capitan Ahab a buscar a Moby Dick que creo que me servirá de antidoto contra tal alta dosis de cursileria.