jueves, 2 de agosto de 2007

MAPAS




El verano es época de mapas. Todo el mundo diseña itinerarios y rutas para olvidar el invierno o para alejarse de la familia, del trabajo o de uno mismo. Todo responde a un orden preciso y ante todo y sobre todo se evitan las encrucijadas. En verano todo el mundo teme las encrucijadas por eso son necesarios los mapas.

En un mapa se fija el punto de salida y el de destino, y con un rotulador de color, con trazo firme, se fija el camino. Para eso esta hecho el verano, para saciar nuestra inquietud de falsos exploradores.

Sin embargo para mi este es un verano sin mapas. Por dentro soy como una estación de metro sin indicaciones, según me adentro en mi oscuridad, un turbio y complejo diseño de galerías me lleva hacia ninguna parte. Soy mala rastreadora y la vida creo que este verano me ha robado las pistas. Así que ahora estoy frente a lo que todo el mundo teme; una maldita encrucijada ¿A dónde voy? No tengo mapas y tampoco se interpretar bien la brújula que llevo en el bolsillo por que en mi mundo los polos de atracción son débiles y vacilantes.

Este verano soy como una niña perdida en un enorme centro comercial, deambulo sola entre estantes y maniquíes, subiendo y bajando escaleras mecánicas, esperando que una voz me reclame por megafonía. Alguien que diga mi nombre y me pida que no me pierda y que me quede siempre de su mano.

Cuando se va de la mano no son necesarios los mapas. Cuando se va de la mano es fácil orientarse.

Fui una tonta al pensar que la vida era como una montaña rusa, con subidas y bajadas pero siempre agarrada a firmes y dirigidos raíles. Definitivamente fui una tonta. La vida nunca tiene itinerarios prefijados, y es por eso que libres de las cosas que nos anclan, en verano siempre necesitamos los mapas o los guías.

2 comentarios:

Infanzón Chu en Lai dijo...

Necesita Vd. una REVOLUCION. Aproveche el verano.

Vicky dijo...

El verano es la más odiada de las estaciones, le sigue el invierno...me baso en datos ciclicamente repetidos y en mis propias carnes. Los extremos son terroríficos porque siempre se encuentra uno con lo peor de sí mismo y de lo demás, que llegue el otoño, ya!!