De nuevo viernes.
Había preguntado a alguna gente si querían adoptar un perro.
Un par de alumnos se interesaron pero a ella no le parecían idóneos para "Migo".
Durante el almuerzo su pareja le dijo:
-Has decidido quedarte con el perro, pero tú aun no lo sabes.-
Y era verdad. No hacía falta hablar más.
Migo la miraba bajo la mesa.
Los tres sabían de qué hablaban.
-Mañana te llevo a una tienda de Santa Fe que conozco y compramos una cama, un comedero y lo que haga falta...-
No quería un perro, pero Migo no era un perro cualquiera.
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