El alumno que adoptó a "Amigo" le cambió el nombre por "Migo". Estaba encantado con el perro pero, lamentablemente, su casero no quería animales en casa.
De esta manera Migo volvió a entrar en casa de Marisa. Ahora era una hermoso y resplandeciente perro de raza con algunas heridas de guerra. Mientras buscaba un nuevo dueño tendrían que vivir juntos.
Tampoco era tan preocupante vivir con un perro ni tan difícil encontrarle un amo a un perro tan bonito.
Le hizo una súper sesión de fotos y a la mañana siguiente un compañero profesor se prendó de él.
1 comentario:
Ya conozco la historia y me sigue encantando leerla.
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