El firmamento estrellado de Hollywood luce cada vez mas apagado, y es que cada vez se hace más cierta la tópica frase “ya no quedan estrellas como las de antes”, el jueves pasado se nos marchó una de las pocas que quedaban la bellísima Deborah Kerr.
Como olvidarla de cristiana torturada de amor por el romano arrogante en “Quo Vadis”, o bailando un vals con el guapísimo Yul Brynner en "El Rey y yo", siempre sofisticada y un tanto arrogante, con ese toque aristocrático que la hacia perfecta para interpretar a la dama disputada, a la institutriz cautivadora.
Qué mujer que se precie de tal no se conmueve en al escena final de la inconmensurable “Tu y yo” cuando con gran dignidad oculta piadosa sus piernas tullidas, dispuesta a despedirse de su gran amor evitando la mirada piadosa.
Y por encima de todas las escenas que protagonizó, como olvidar ese beso con Burt Lancaster, ese beso culpable, a la orilla del mar, sacudidos por la espuma en “De aquí a la eternidad”.
Ya no quedan actrices como las de antes, y en las películas, ya no se besan, ni se despiden, ni se aman como antes, tampoco en la vida real, por eso os doy un consejo: no faltéis nunca a vuestras citas en la cumbre del Empire State.
Como olvidarla de cristiana torturada de amor por el romano arrogante en “Quo Vadis”, o bailando un vals con el guapísimo Yul Brynner en "El Rey y yo", siempre sofisticada y un tanto arrogante, con ese toque aristocrático que la hacia perfecta para interpretar a la dama disputada, a la institutriz cautivadora.
Qué mujer que se precie de tal no se conmueve en al escena final de la inconmensurable “Tu y yo” cuando con gran dignidad oculta piadosa sus piernas tullidas, dispuesta a despedirse de su gran amor evitando la mirada piadosa.
Y por encima de todas las escenas que protagonizó, como olvidar ese beso con Burt Lancaster, ese beso culpable, a la orilla del mar, sacudidos por la espuma en “De aquí a la eternidad”.
Ya no quedan actrices como las de antes, y en las películas, ya no se besan, ni se despiden, ni se aman como antes, tampoco en la vida real, por eso os doy un consejo: no faltéis nunca a vuestras citas en la cumbre del Empire State.
8 comentarios:
Lloro tanto cada vez que él entra y sale de la habitación y descubre que ella SI FUE a la cita en el Empire State...
Gracias Deborah... gracias por tu serinidad, tu belleza callada y tu presencia eterna...
nos quedan Sofía Loren, Elizabeth Tylor y Lauren Bacall... Y en nuestro particular firmamento castizo Sara Montiel... Resistid Chicas....
Por no hablar de Lupita Ferrer...
A veces no queda más remedio que faltar a la cita, no siempre puede uno liarse la manta a la cabeza, ¿por cobardía? Dímelo tú.
Pues no se que decirte. La verdad es que yo suelo llegar tarde, pero lo que es faltar intento no faltar...Mala cosa lo de la cobardia...a veces se trata simplemente de no acudir donde a uno no le esperan o simplemente poner en orden la agenda...que lio.
Van a ir cayendo todas. TODAS! Asistimos a un fenómeno que no conocieron nuestros abuelos: la demolición y pérfida caída de los iconos menstruales creados por Occidente, dulces abejas obreras elevadas a la categoría de reinas, que aprendieron el arte de peinarse en libros de prácticas de lobotomía, y que olvidaron sus bajos orígenes, dedicándose a atesorar mansiones estilo remordimiento y bañeras de color rosa. Toda una suerte de preñadas de hambre que han tocado el cielo con la punta de los dedos y que han hecho creer al resto de las campesinas que, usando su jabón, entrarán en la gloria.
Brujas, brujas, todas ellas, porque os engañaron, os hicieron llorar en el silencio oscuro de las salas de cine, donde el chamán cuenta las leyendas a la tribu, haciéndoos creer que ellas tenían corazón como vosotras cuando solo tenían un diamante perfecto y durísimo por entrañas.
El celuloide y las arrugas arden muy bien. En 80 años están listos.
Cada año, una (o dos, con suerte).
No nos engañaron... nos hiciero sentir, y los sentimientos siempre son reales y legitimos...
La ilusión y los sueños no arden... no existen, no son materia... arden ellas pero no lo que nos hicieron sentir... craso error infanzón chu en lai, creíale más agudo y menos percutor...
Pues yo que estoy empezando a medicarme contra el sindrome decimononico que padezco, creo que gran culpa de nuestro sentimentalismo torturador, y del idealismo lacerante que padecemos algunas procede precisamente de ciertas peliculas aderezadas por ciertas mujeres.
Por ejemplo a mi me dejo marcada de por vida la despedida en la pista de despegue de Casablanca. Y "Tu y yo" ahora que lo pienso creo que me hizo mucho mal. Y os digo una cosa de la ñoñez mas absoluta creo que me salva mi afición al cine belico y al Western, tambien Harry el sucio ha hecho mucho por mi.
Arderán todas como patatas fritas.
Ilusiones y sueños fantasmáticos todas ellas, como la famosa Barbie "Puta de Jardinillos" y su novio chulo Ken con su nueva jeringuilla hipodérmica.
A la hoguera con ellas, zorrupias marsupiales!
P.D. en cuanto a lo de "percutor" no me haga reir, Victoria, que pese a mis obreros arraigos, tengo la risa fácil.
desconocía sus obreros arraigos... me encantan los obreros... como a Elizabeth Tylor ;)
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