jueves, 27 de junio de 2013

La historia de Migo. Capítulo III

Llegó a casa a media tarde. Era un día muy luminoso.
No había hablado con nadie sobre "amigo".  No hablar de él camuflaba su preocupación. 
Fumaba mientras corregía unos exámenes en silencio. 
A ratos le venía la imagen del perro cruzando la calzada y su mirada profunda. 
Habían pasado cuatro días.
En la clínica le habían dicho que estaba muy débil y era difícil que se recuperara. También le dijeron que llamarían si el perro fallecía. En cierta manera le alegraba no tener noticias. 

A las ocho y media se dio cuenta de lo tonta que estaba siendo y llamó a la clínica.

-Su perro se está recuperando milagrosamente, en un tres o cuatro días lo tendrá en casa de nuevo.-

No pudo retener una lagrimilla furtiva (como la de la canción).

Ahora tocaba encontrar un dueño para "Amigo". 

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