miércoles, 24 de diciembre de 2008

Aurora de nuestros días


Los milagros son más cercanos de lo que nos creemos. Es más, ocurren todos los días, a nuestro lado, al cruzar una calle, al abrazarnos, al cerrar los ojos durante un instante.


Hoy hay una familia que pasa la Nochebuena en un hospital. Pero esto no les causa la menor tristeza. Tiene un motivo para ello, un motivo pequeño, tierno y maravilloso. No van a echar de menos toda la parafernalia propia de estos días, ni las estridencias de los mercaderes, ni las agonías de los caprichosos... sencillamente porque lo tienen todo. Ha habido un apagón y el universo se ha cerrado en torno a la luz radiante y maravillosa de la vela pequeñita que los alumbra, y no necesitan más. Son los más afortunados, porque participan del milagro, y porque son parte viva de él. Su Amor se ha hecho carne y vive ahora, respirando el aire que respiran sus padres, oliendo el cuerpo de su madre, escuchando las dulces palabras en italiano que le susurra su padre al oído, como una pequeña música sólo para tres .


Como un rescoldo eterno en el corazón, Aurora se ha hecho fuerte dentro de ellos, en cada gesto imperceptible, en cada suspiro y también en cada pequeño quejido; y mágicamente se preguntarán mirándola a los ojos: " ¿cómo podíamos vivir sin tí hasta ahora?" y no recordarán nada de su vida anterior... como si fueran duendes que se han transformado en espíritus.


El milagro está aquí y ahora; y da sentido a sus vidas. Aurora.

Amanece



De algunos días significativos de mi existencia guardo como recuerdo preciado su amanecer. Si cierro los ojos puedo sentir de nuevo en mi cara el calor tibio de los primeros rayos de sol, el olor de la tierra húmeda que comienza a calentarse, el cansancio de la espera, el brillo metálico que lo envuelve todo durante unos segundos. Casi todos esos momentos han sido tristes.

Y ahora llega esta pequeña Aurora, haciéndose de rogar a pesar del tiempo que llevábamos esperándola. Es muy pequeñita, tanto que cabe entera en el corazón de sus padres. Allí estuvo creciendo, calentita, mucho más de nueve meses; estuvo allí siempre, mientras encontraron el camino para traerla. Y viene cargada de esperanza y de sueños que se hacen realidad con su presencia. Viene cargada de planes, de muñecas, de mariposas…

Aurora, la madre de los Vientos, la que anuncia al Sol. Este pequeño amanecer es mi única razón para brindar en estos días. Has llegado en el mejor momento. Bienvenida.

martes, 16 de diciembre de 2008

viernes, 12 de diciembre de 2008

ADVIENTO


Se acerca la navidad, y este año en mí se hace verdad esta palabra: adviento.

Nueve meses culminan en esta impaciencia de animalejo, en estas noches en que apenas duermo, esperando.

Me miro a mi misma con unos ojos que ya no son los míos, y preparo mi vida consciente de que ya nunca será mi vida por principio.

Su nacimiento traerá al mundo a la mujer que soy, a la mujer que en nueve meses he venido intuyendo que soy yo, más verdadera, mas autentica ahora que voy a dejar de ser para siempre una solitaria individualidad.

Y el nosotros…

Tu y yo que ahora como nunca nos queremos, renacidos también en esta espera, estrenando de nuevo este amor de diez años, cuya onomástica olvidamos pero que celebramos cada mañana al despertarnos, cuando con los ojos apenas abiertos, nos decimos que nos queremos.

Nosotros es un nido. Y esto que ahora sentimos es adviento.