Vuelve el aburrido festival de los burgueses señoritos de esta provincia, donde hay mas musicos que público y donde se ajocican los niñatos en la cerveza como si no hubieran probado leche de madre. Aquel en el que finalmente los más imbéciles e intoxicados de ellos se suben a un escenario a interpretar torpemente y sin gracia tonadillas menesterosas y lúgubres de lo que se ha dado en llamar "musica popular", otro invento del capitalismo para junto con el fútbol y la llamada "democracia" tener entretenida a la fumada clase media de millones de ubres pequeñas de donde como auténticos chupacabras sorber y dejar secos, pero contentos, a la clase trabajadora.
ZzzzzzzZ!
Y más caro que nunca!
Lo unico bueno: el cartel, de Alfonso Blaas