
Caminaba yo por las calles bombardeadas de Graná, con sendos cráteres en los talones y andar triste y lisiado.Pensaba si coger un taxi, arriesgándome a no llegar a casa por culpa de las hordas de infantes hambrientos, o si subir andando la cuesta del pescao y ofrecer mi sacrificio a la Virgen de las Angustias por la salvación del mundo. Pero justo cuando estaba a punto de poner a Dios por testigo, noté un aliento húmedo en el mismísimo cogote:
Señor anciano con perro: ¿Qué hora es?
Una servidora: ¿Disculpe?
Señor anciano con perro: Que qué hora es, aeh.
Una servidora: Las siete y cinco.
Señor anciano con perro: Las siete y cinco, aeh.
Mirome, fuese, y no hubo más
En este trance al perro con señor anciano le dio tiempo de orinar a escasos diez centimetros de mi pie doloroso.
Mira que llevo años en Graná, pero aún no se diferenciar bien la mala follá granaína de la mala educación universal.
Paso a mostrar en una breve lección cómo se pregunta la hora en galaxias alejadas del efecto Costales.
1º. Se acerca uno a la persona de la cual se requiere la información horaria y, cortesmente, se llama su atención:
- "Disculpe, señorita".
2º. Como somos personas educadas, saludamos de forma correcta:
-"Buenas tardes".
3º. Ahora es el momento de formular nuestra pregunta, de forma clara, sin onomatopeyas ni adornos:
-"¿Podría decirme la hora, por favor?".
4º. Tras recibir la respuesta, como seguimos siendo personas educadas, mostramos agradecimiento:
-"Gracias"
Es recomendable no permitir a nuestras mascotas acercarse demasiado a la persona informante cuando padezcan dolencias prostáticas, intestinales o nerviosas.
Fácil.